El 6 de julio es el Día Mundial de los Besos.
Puede ser una tontería, pero cualquier cosa que nos haga disfrutar, expresarnos, sentir... merece ser celebrada.
Los besos es algo que celebramos muchísimo los padres de niños con diversidad funcional en general, y con autismo en particular, debido a esa falsa creencia de que son incapaces de sentir, o suavizándolo un poco, de expresar lo que sienten.
Por supuesto, esto no es cierto, pero hay que reconocer que cuando te dan el diagnóstico de tu hij@, tú recurres a tu escaso conocimiento previo sobre el tema, que normalmente está formado por esa visión sesgada y en absoluto ajustada a la realidad, y en tus principales dudas como madre, te planteas esas preguntas emocionales (y muy dolorosas) que suelen ser del tipo:
¿hablará?
¿sabrá que le quiero?
¿me dará un beso algún día?
Es normal cuestionárselo, y al principio la incertidumbre genera mucha angustia, pero a medida que aprendes, te informas, y vas dando oportunidades a tu hij@, descubres las respuestas mucho antes de lo que piensas:
Probablemente sí, aunque tal vez no, pero se comunicará, sin duda.
Rotundamente, sí.
Alguno no, todos.
Por supuesto, nos queremos y lo sabemos, y nos lo demostramos mutuamente a diario. Como cualquier familia.
Para nosotros, todos los días son el Día de los Besos, el de los Abrazos, el de los Achuchones, el de las Cosquillas...
Besos y más besos
Rocio | lunes, 7 de julio de 2014 | Etiquetas: diagnóstico, emociones, familia, yo mismamente
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