viernes, 13 de julio de 2018

Cotidianeidad


Hace mucho que no escribo.
El principal motivo es que cuento con el filtro definitivo, porque la lectora más fiel es precisamente una de las protagonistas, que lee con avidez y me pregunta cualquier detalle que le resulta curioso o interesante. Claro, tratándose de ella misma, todos los detalles le parecen interesantísimos.
Siempre he procurado ser respetuosa con lo que publico, con el retrato que ofrezco de mi familia a través de este blog y de las redes sociales, tratando de ser realista aún a través de la subjetividad inherente, pero si además lo leen ellos directamente, el celo es mucho mayor.
No me gustaría que el día de mañana uno de mis hijos se pueda sentir ofendido o ridiculizado por lo que pudiera leer aquí (aunque esa no hubiera sido jamás la intención) y por eso soy siempre cuidadosa. Del mismo modo, tampoco quiero que ellos den inguna importancia al hecho de protagonizar determinados post o aparecer mencionados en una red social (y ya en puertas de la adolescencia, hay que tener especial cuidado con este tema).

No obstante, no es el único motivo. Hay que añadir que con el tiempo y el desarrollo de mis hijos (y de nosotros mismos como padres), nuestra vida se ha "normalizado". Las comillas deberían ser más grandes, para evitar malas interpretaciones:
Nuestra vida se ha "normalizado".
Nada ha cambiado sustancialmente, simplemente estamos habituados a nuestras rutinas y modos de ser, a nuestro devenir cotidiano como familia con las particularidades de cada uno de nosotros, así que no nos parece que haya nada realmente extraordinario que reflejar. Bueno, para mi cada día es extraordinario, cada pequeño detalle, cada conversación... pero es lógico, son mis hijos, e imagino que ese sentimiento lo tiene cada madre respecto a los suyos. Así que me limito a disfrutar de ellos y del día a día, aprovechando el viento cuando sopla a favor y tratando de sortear las adversidades cuando se presentan. Que sí, se presentan, como en todas las familias.

Sin embargo a veces hay cosas que sí creo que merece la pena compartirlas, para honrar a quienes han contribuido a que nuestra vida sea en realidad tan poco reseñable (en el mejor sentido).

Hoy Carolina me contaba cosas de la escuela de verano.
Más allá de la curiosidad por saber lo que hace y cómo lo pasa allí, es tan diferente su prisma al mío (y creo que también al de la mayoría) que me encantan las pinceladas con que me dibuja su percepción del mundo. Además, me obliga a mantener cierta agilidad mental para descifrar el código con el que traducir el mensaje según el momento o su estado de ánimo.

El caso es que me hablaba de X, una niña que solo va al cole durante la escuela de verano, pero que el resto del curso va a otro cole. Sin embargo, ya la conoce porque lleva varios años acudiendo a la escuela de verano. Carolina no lo sabe, pero X es también una niña peculiar, una niña con intereses particulares y dificultad en las relaciones con iguales, con un comportamiento a veces extraño para los demás y reacciones socialmente poco ajustadas.
No, esto requiere un matiz: lo que Carolina no sabe es si X se define con una etiqueta, sino que ella se comporta así, es su forma de ser y punto. Por eso para Carolina es simplemente X, así que me describía una situación en estos términos:

C: - Hoy X no se ha querido apuntar a ningún taller, nunca le gusta ninguno y ha escrito en las hojas "aburrido", "aburrido", hasta ha roto una de las hojas... todo le parece aburrido y se enfada... creo que es porque ella es "Tsundere"

Yo: - ¿"Tsundere"? ¿qué es "tsundere"? (oh oh, nuevo código, espabila Rocío).

C: - "Tsundere" es un tipo de personalidad de chicas manga, es personalidad irritable. Es como yo cuando era pequeña, que también era "tsundere", ya sabes... pero ahora ya no, ahora soy "deredere".

Yo: - ¿"Deredere"?

C: - Sí. "Deredere" es personalidad feliz.

Seguramente no lo he sabido transmitir bien en la transcripción, pero hay tanto camino recorrido en ese fragmento de conversación, un camino a veces muy pedregoso y empinado, que no he podido evitar pensar en todas las personas que han ayudado a Carolina a recorrerlo convirtiendo esas piedras en asideros, que la han orientado a conocerse y reconocerse, a aceptarse, a entender, a poner palabras a sus emociones, aunque sea en código manga (o Pokémon, o jedi).

Carolina, aunque te lo digo cada día, cuando leas esto quiero que sepas lo orgullosos que estamos de ti.




Wikipedia:
Tsundere (ツンデレ, Tsundere) es un término japonés utilizado para describir a una persona cuyo comportamiento inicial es grosero, reservado e incluso hostil.

DereDere (デレデレ), describe un carácter que es amable, feliz y cariñoso.



5 comentarios:

  1. Siempre estoy expectante por si públicas algo, y como siempre, solo puedo decir��������

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    1. Han salido símbolos muy raros, yo había puesto aplausos😱

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  2. Me encanta.
    Como fan de Carolina y tuya, Rocío, os felicito por haber llegado a la "cotidianeidad". Es un punto en el camino muy difícil de alcanzar que requiere mucho trabajo y mucho amor. Enhorabuena a ambas.

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  3. I really like and appreciate your post.Thanks Again. Keep writing.

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